Los pliegos bien hechos evitan contratos fallidos

Claves desde la experiencia

Cuando se trata de contratar obras, servicios o suministros en la administración pública, un error en los pliegos puede tener consecuencias graves: retrasos, sobrecostes, conflictos legales o incluso la nulidad del contrato. Los pliegos son la base de cualquier contratación pública, y redactarlos con precisión es la clave para evitar problemas futuros.

¿Qué son los pliegos y para qué sirven?

Los pliegos son los documentos que establecen las condiciones bajo las cuales una administración o entidad pública contrata a una empresa. Funcionan como un “manual de instrucciones” para licitadores y adjudicatarios.

Existen principalmente dos tipos:

1. Pliegos de prescripciones técnicas (PPT)

Describen qué se quiere contratar, con qué calidad, materiales, metodologías, así como los estándares deben cumplirse.

Por ejemplo: en un contrato de obra, aquí se especifican materiales, medidas de seguridad, plazos de ejecución o normativa técnica.

2. Pliegos de cláusulas administrativas particulares (PCAP)

Definen las reglas del juego: criterios de adjudicación, garantías, pagos, penalizaciones, prórrogas, etc.

Son clave porque aseguran transparencia, igualdad de oportunidades y seguridad jurídica.

Ambos documentos se complementan y juntos constituyen la base legal y técnica de cualquier contrato público.

pliegos
Fuente: Canva

¿Por qué unos pliegos mal redactados llevan a contratos fallidos?

Algunas de las consecuencias más habituales de unos pliegos poco claros o incompletos son:

Claves para elaborar pliegos que eviten fracasos contractuales

Redactar pliegos efectivos no trata de llenar páginas con cláusulas legales, sino de diseñar documentos claros, completos y ajustados a la realidad. Aquí van las principales claves:

  • Claridad y precisión en la redacción

    Evita términos ambiguos como “aproximadamente”, “adecuado”, “razonable” sin concretar. Especifica valores medibles: dimensiones exactas, plazos en días, estándares reconocidos.

  • Equilibrio entre detalle y flexibilidad

    Los pliegos deben describir los requisitos sin ahogar la innovación de los licitadores. En este sentido, incluye condiciones mínimas obligatorias y deja margen para propuestas técnicas más avanzadas.

  • Alineación con las necesidades reales del contrato

    Antes de redactar, el órgano de contratación debe hacerse estas preguntas: ¿Qué problema pretende resolver este contrato? ¿Qué impacto tendrá? ¿Qué riesgos debemos prever?

  • Transparencia en los criterios de adjudicación

    Define de forma objetiva y medible cómo se valorarán las ofertas. Pondera criterios de calidad además del precio, para evitar el “low cost” que encarece a la larga.

  • Coherencia entre el pliego técnico y el administrativo

    Un error frecuente es que el PCAP y el PPT contengan exigencias contradictorias. La revisión conjunta es imprescindible antes de su aprobación.

Errores frecuentes en los pliegos (y cómo evitarlos)

PROBLEMÁTICA SOLUCIÓN

Excesiva generalidad

Usar descripciones técnicas claras

Criterios de adjudicación poco definidos

Establecer métricas cuantificables

Contradicciones entre PPT y PCAP

Revisar la coherencia de ambos pliegos
Olvidar aspectos medioambientales o sociales
Integrar cláusulas alineadas con los ODS y la Agenda 2030
No prever escenarios de incumplimiento
Establecer penalizaciones proporcionales y mecanismos de resolución

Beneficios de unos pliegos bien hechos

Unos pliegos sólidos generan valor añadido:

Más empresas presentan ofertas al entender bien las condiciones. 

Menos recursos dedicados a resolver incidencias.

Contratos blindados ante impugnaciones.

El resultado final se ajusta a las necesidades reales.

Tanto la ciudadanía como los proveedores perciben procesos claros y transparentes.

Consejos prácticos desde la experiencia

  1. Trabajo en equipo: involucra a técnicos, juristas y responsables financieros en la fase de redacción.
  2. Lenguaje sencillo: no olvides que un buen pliego debe ser comprensible incluso para alguien sin formación legal.
  3. Análisis de mercado: investiga proveedores y soluciones existentes antes de definir requisitos irreales.
  4. Revisión externa: contar con una segunda mirada ayuda a detectar errores.
  5. Actualización constante: ajusta plantillas de pliegos a normativa vigente, así como a lecciones aprendidas en contratos anteriores.

Mitos y realidades sobre los pliegos

  • Mito: “Cuanto más extenso sea el pliego, mejor”.
    • Realidad: lo importante no es la cantidad, sino la claridad.
  • Mito: “El precio siempre es el criterio más importante”.
    • Realidad: priorizar solo el precio puede llevar a ejecuciones deficientes.
  • Mito: “Un pliego genérico sirve para todos los contratos”.
    • Realidad: cada contrato requiere adaptar el contenido a su objeto específico.

Conclusión

Unos pliegos claros, coherentes y completos son la piedra angular de un contrato exitoso. No solo evitan litigios y problemas de ejecución, sino que además fomentan la competencia, garantizan el buen uso de los recursos y generan confianza en la gestión pública.

La experiencia demuestra una verdad sencilla: contratos bien planteados empiezan siempre con pliegos bien elaborados.

FAQ (Preguntas Frecuentes)

  1. ¿Es obligatorio contar con pliegos en toda licitación pública?

Sí. La Ley de Contratos del Sector Público establece que todo procedimiento debe ir acompañado de pliegos técnicos y administrativos.

  1. ¿Se pueden modificar los pliegos una vez publicados?

En casos excepcionales, sí, pero suele implicar rectificación y ampliación de plazos para garantizar la igualdad de participantes.

  1. ¿Puedo reutilizar un pliego de otro contrato?

Sí, pero siempre adaptándolo a las nuevas condiciones. Nunca copies sin revisar.

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