El impacto ambiental de la construcción y el camino hacia la sostenibilidad

La industria de la construcción es un pilar fundamental de nuestra sociedad, responsable de dar forma a los espacios donde vivimos, trabajamos y nos desarrollamos. Sin embargo, su actividad genera un impacto ambiental significativo. Desde la extracción de materias primas hasta el fin de la vida útil de un edificio, cada etapa deja una huella en nuestro planeta. Es una “deuda pendiente” que las sociedades industrializadas deben afrontar.

En este artículo, vamos a profundizar en los desafíos ambientales que presenta el sector, los principios de la construcción sostenible, las estrategias para reducir este impacto y las herramientas y marcos regulatorios que guían el camino hacia un futuro más verde y responsable.


La profunda huella ambiental del sector de la construcción

La actividad constructora afecta al medio ambiente de muchas formas, dañando recursos naturales como el suelo, el aire y el agua, y contribuyendo al cambio climático. Desde la Revolución Industrial, se empezó a usar cada vez más materiales industriales en lugar de materiales naturales, lo que aumentó la distancia entre el lugar donde se extraen los recursos y donde se construye. Esto llevó al agotamiento de los recursos locales y a un aumento de la contaminación. A mediados del siglo XX, la alta demanda de materiales intensificó este proceso, generando grandes cantidades de residuos.

Los datos muestran que el sector de la construcción utiliza el 50% de los recursos naturales disponibles, consume el 40% de la energía (incluida la que se usa durante la vida útil de los edificios) y produce el 50% de todos los residuos. Un dato llamativo es que casi el 16% del agua potable que se consume en el mundo se destina a la construcción, ya que el agua es necesaria en muchas etapas de un proyecto.

Los principales impactos ambientales identificados incluyen:

  • Emisiones de gases contaminantes: La construcción genera una gran cantidad de gases como CO2, NOx y SOx, que contribuyen al cambio climático y la lluvia ácida. Las emisiones de CO2 en la edificación no solo ocurren durante el uso, sino también en la fabricación, transporte, construcción, rehabilitación y fin de vida. El carbono embebido (emisiones antes del uso) podría ser responsable de la mitad de la huella de carbono de las nuevas construcciones para 2050. Los materiales de industrias pesadas como el cemento, acero, aluminio, vidrio y cerámica son particularmente relevantes en la huella de carbono. 
  • Generación de residuos: Se producen enormes cantidades de residuos como escombros, embalajes y residuos peligrosos. En la Unión Europea, se generan anualmente 450 millones de toneladas de residuos de construcción y demolición (RCD), más de una cuarta parte del total de residuos. En España, la producción de RCD ronda los 45 millones de toneladas, de los cuales solo el 25% se gestiona en plantas que permiten su valorización. Estos residuos, si no se gestionan adecuadamente, pueden contaminar suelo y agua, además de generar un gran impacto visual y paisajístico en los vertederos, impidiendo el reciclado. 
  • Deforestación: La construcción de infraestructuras puede llevar a la deforestación, con graves consecuencias para la biodiversidad y el clima. Aunque la fuente principal menciona carreteras y urbanizaciones, el tema de la biodiversidad también se aborda en el contexto de las explotaciones de áridos, donde la alteración del hábitat, la pérdida de vegetación y fauna son efectos medioambientales. 
  • Alteración del paisaje: La actividad constructora puede modificar significativamente el paisaje, afectando su valor estético y ecológico. Esto es particularmente relevante en la extracción de áridos, donde el impacto visual es uno de los mayores desafíos, especialmente en canteras a media ladera.

El ciclo de vida: entendiendo el impacto en cada etapa

Para comprender verdaderamente el impacto ambiental de la construcción, es fundamental analizar el ciclo de vida de un edificio o producto. Este ciclo abarca todas las actividades y procesos desde la extracción de materias primas hasta la eliminación final de los residuos. Los impactos ocurren en cada fase.

Las fases principales del ciclo de vida de un edificio son:

  • Extracción de recursos y procesado de materias primas: Obtención de los materiales base.
  • Fabricación de los productos de construcción: Transformación de las materias primas en materiales utilizables.
  • Construcción o rehabilitación del edificio: Proceso de edificación o mejora.
  • Utilización del edificio: Fase de ocupación y funcionamiento (incluye consumo de energía para climatización, iluminación, etc.).
  • Fin de vida (deconstrucción o demolición): Desmantelamiento del edificio.
  • Tratamiento como residuo: Gestión de los materiales al final de su vida (vertido, reciclado, reutilización).

 

Las emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) a lo largo de este ciclo se dividen en:

  • Carbono embebido inicial: Emisiones de GEI asociadas a la producción y construcción de obra nueva, antes de que el edificio se use.
  • Carbono embebido incorporado: Emisiones de GEI asociadas a la rehabilitación, uso y fin de vida del edificio, después de que se empiece a usar.
  • Carbono embebido: La suma del carbono embebido inicial e incorporado, cubriendo producción, construcción, rehabilitación, uso y fin de vida.
  • Carbono operativo: Emisiones de GEI asociadas al consumo de energía durante la fase de uso para mantener las condiciones de habitabilidad (climatización, agua caliente, etc.).
  • Carbono de ciclo de vida: Emisiones de GEI de todas las fases del ciclo de vida, incluyendo carbono embebido y operativo.

El análisis del ciclo de vida (ACV) es una metodología para evaluar las cargas ambientales asociadas a un producto o actividad a lo largo de todo su ciclo. Es una herramienta fidedigna para conocer estos impactos.

Principios clave de la construcción sostenible

La construcción sostenible busca minimizar el impacto ambiental negativo de los edificios a lo largo de su ciclo de vida, al tiempo que considera aspectos económicos y sociales. Se basa en una serie de principios:

viviendas con placas solares
Fuente: Canva

Estrategias y medidas para reducir el impacto

La transición hacia una construcción verdaderamente sostenible requiere la implementación de diversas estrategias a lo largo de todo el proceso.

Elección y gestión sostenible de materiales

La selección de materiales es un factor crítico. Debemos priorizar materiales con criterios de sostenibilidad como alta eficiencia energética en su producción, durabilidad, recuperabilidad y procedencia de recursos renovables.

Se recomienda el uso de:

  • Materiales sostenibles y de bajo contenido en carbono: Como bambú, madera reciclada o materiales con baja energía embebida. La madera de gestión sostenible es un ejemplo destacado de material con baja huella de carbono.
  • Materiales reciclados y reutilizados: Fomentar el desarrollo y uso de áridos reciclados procedentes de RCD. Es necesario potenciar un mercado para estos materiales, superando la baja aceptación y el coste inicial a veces superior. 

La gestión adecuada de los residuos generados es esencial. Se deben aplicar principios básicos como la reducción de la generación (productos con poco embalaje, técnicas más limpias), la recogida selectiva y separación por tipos, y la gestión a través de gestores autorizados. En las explotaciones de áridos, los materiales de rechazo y los lodos suelen utilizarse en la restauración de los terrenos. Los RCD externos también pueden usarse para relleno o reciclado controlado.

Eficiencia energética en edificios

Reducir el consumo de energía en la fase de uso (carbono operativo) es fundamental. Esto se logra mediante:

  • Diseño bioclimático: Aprovechar las condiciones del entorno (orientación, ventilación natural).
  • Excelente aislamiento térmico y hermeticidad: Minimizar las pérdidas de calor por ventanas, puertas y cubierta.
  • Instalación de sistemas eficientes: Equipos de calefacción, refrigeración e iluminación de bajo consumo.
  • Integración de energías renovables: Uso de sistemas solares fotovoltaicos, térmicos, biomasa, eólica.

 

El objetivo europeo y español es alcanzar edificios de consumo de energía casi nulo (nZEB) para 2021 en obra nueva.

Rehabilitación como estrategia sostenible

La rehabilitación de edificaciones es una estrategia clave para reducir el impacto ambiental del sector, especialmente frente a la construcción nueva desde cero. Permite adaptar inmuebles existentes a nuevos usos o funciones.

La rehabilitación contribuye significativamente a la sostenibilidad ambiental porque:

  • Menor Consumo de Recursos: Utiliza la estructura existente, reduciendo la necesidad de extraer, transportar y fabricar nuevos materiales.
  • Reducción de Residuos: Disminuye la cantidad de material que se convierte en residuo al reducir las demoliciones.
  • Ahorro de Energía: Permite mejorar la eficiencia energética de edificios antiguos mediante la instalación de aislamientos y sistemas modernos.
  • Reducción de la Huella de Carbono: Evita las emisiones asociadas a la demolición y construcción de edificios nuevos y la producción de materiales.
  • Aprovechamiento de Infraestructura Existente: A menudo se realiza en áreas urbanas consolidadas, utilizando las redes de transporte y servicios públicos ya existentes.

 

Es importante distinguir la rehabilitación, que adapta a nuevos usos, de la restauración, que busca recuperar el estado original. Ambos procesos son valiosos para la conservación del patrimonio y la revitalización urbana.

El papel del diseño integrado

El diseño influye mucho en que un edificio sea sostenible o no. Para lograr construcciones más ecológicas, es muy importante usar un enfoque integrador. A diferencia del método tradicional, donde cada especialista trabaja por su cuenta, en el proceso integrador todos los involucrados (arquitectos, ingenieros, constructores, etc.) colaboran desde el principio, con el objetivo común de hacer el proyecto lo más sostenible posible.

Este proceso se divide en varias etapas: antes del diseño, diseño, elaboración de planos, licitación, construcción, puesta en marcha, uso del edificio y, finalmente, su cierre o reutilización. Gracias a esta forma de trabajar, se puede lograr una mayor eficiencia y reducir los costos durante toda la vida útil del edificio.

Herramientas y certificaciones para medir y guiar la sostenibilidad

Para impulsar la construcción sostenible, contamos con diversas herramientas y sistemas de certificación que ayudan a medir, evaluar y verificar el desempeño ambiental.

  • Análisis del ciclo de vida (ACV)

    Herramienta para evaluar los impactos ambientales de un producto o servicio a lo largo de todo su ciclo de vida. Es la base para comprender y cuantificar los impactos.

  • Declaraciones ambientales de producto (DAP)

    Informes estandarizados y verificables que proporcionan información ambiental cuantificada de un producto o material, basada en ACV. Son cruciales para la transparencia. Existen bases de datos que recopilan DAPs para facilitar la evaluación de edificios. Las DAP son el Tipo III de ecoetiquetas.

  • Ecoetiquetas (Tipo I) y afirmaciones ambientales autodeclaradas (Tipo II)

    Otras formas de etiquetado ambiental basadas en ACV (Tipo I) o autodeclaraciones (Tipo II).

  • Sistemas de gestión ambiental (EMAS, ISO 14001)

    Marcos voluntarios que ayudan a las organizaciones a gestionar y mejorar continuamente su desempeño ambiental.

  • Pasaporte del edificio y libro digital del edificio

    Instrumentos propuestos a nivel europeo para recopilar y centralizar toda la información relevante de un edificio a lo largo de su vida, facilitando la transparencia y la toma de decisiones.

  • Certificaciones de edificios sostenibles (LEED, BREEAM)

    Sistemas de evaluación voluntarios que certifican el nivel de sostenibilidad de un edificio. Son los más conocidos y extendidos internacionalmente.

    LEED (Leadership in Energy and Environmental Design):
    Originado en EE.UU. (1993). Es más global, con pocas adaptaciones nacionales, aunque incluye créditos regionales. Tiene 4 niveles de certificación (Certificado, Plata, Oro, Platino). Los requisitos obligatorios se presentan al inicio de cada categoría.

    BREEAM (Building Research Establishment’s Environmental Assessment Method):
    Fundado en el Reino Unido (1990), es el primer sistema de evaluación de sostenibilidad. Tiene una visión más europea y local, adaptada a países, o usa el esquema Internacional. Tiene 5 niveles (Correcto, Bueno, Muy Bueno, Excelente, Excepcional), incluyendo un nivel extra para edificios muy exclusivos. Plantea un número mínimo de requisitos obligatorios por categoría según el nivel deseado.

Marco regulatorio y metas de descarbonización

La preocupación por el impacto ambiental de la construcción se refleja en el marco regulatorio y en los objetivos de descarbonización a nivel europeo y nacional.

La Directiva Europea 89/106/CEE sobre productos de construcción, transpuesta en España por el Real Decreto 1630/92, fue pionera al incluir la “Higiene, salud y medio ambiente” como uno de los requisitos esenciales para los productos de construcción. Esta directiva establece que las obras deben proyectarse y construirse sin suponer una amenaza para la salud o el medio ambiente, y los productos no deben desprender contaminantes. El objetivo es la libre circulación de productos y la eliminación de barreras técnicas.

La Ley de Ordenación de la Edificación (LOE) en España sigue estas pautas, incluyendo la “Higiene, salud y protección del medio ambiente” como requisito básico de habitabilidad. El Código Técnico de la Edificación (CTE) desarrolla estas exigencias, estableciendo parámetros y procedimientos para cumplirlas.

Más recientemente, la Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética en España establece que los materiales de construcción utilizados en obras nuevas y rehabilitaciones deben tener la menor huella de carbono posible.

A nivel europeo, el Parlamento declaró el estado de emergencia climática, comprometiéndose a neutralizar las emisiones de GEI para 2050, con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5°C. El sector de la edificación es clave para lograrlo. La hoja de ruta busca que los edificios nuevos sean nZEB a partir de 2021 y transformar el sector hacia un modelo de economía circular y descarbonización.

El proyecto #BuildingLife, liderado por WorldGBC y GBCe, busca generar hojas de ruta a nivel europeo y nacional para guiar esta transformación, involucrando a todos los agentes del sector.

La importancia de la colaboración y la información

La descarbonización del sector de la edificación a 2050 no será posible sin la colaboración de todos los agentes implicados. Desde promotores y diseñadores hasta fabricantes, constructores, administraciones públicas y usuarios, cada actor tiene un papel fundamental.

La administración pública debe liderar, tanto divulgando la importancia de las soluciones sostenibles como incorporando requisitos ambientales en la contratación pública para fomentar su uso. Las empresas deben comprometerse con la transparencia (DAP) y la innovación en materiales y procesos. Es necesario desarrollar una industria que permita escalar las soluciones de bajo impacto ambiental.

La formación, motivación y sensibilización de los trabajadores es decisiva para una buena gestión ambiental en la práctica. Deben conocer las normas de protección, informar sobre riesgos, utilizar correctamente los dispositivos de prevención y contribuir a la limpieza y gestión de residuos.

Finalmente, el usuario debe estar informado sobre el impacto de los edificios y los recursos que consume.

Reflexiones finales

El camino hacia la construcción sostenible y la descarbonización del sector es un reto complejo pero ineludible. Requiere un cambio de mentalidad, la adopción de nuevas metodologías como el ACV, el impulso de la economía circular y la innovación en materiales y procesos.

Aunque existen desafíos, como la cuantificación precisa de los impactos, la baja aceptación de materiales reciclados o la necesidad de una mayor demanda, la sostenibilidad representa una oportunidad de desarrollo, innovación, competitividad y empleo para la industria.

Entre todos, tenemos la responsabilidad de impulsar la rehabilitación, reducir las emisiones en todo el ciclo de vida y crear espacios más amables, sostenibles y eficientes para las personas.

El futuro energético y el derecho a la vivienda pasan por la rehabilitación razonable de miles de edificios existentes. Es hora de que las soluciones sostenibles se conviertan en el estándar.
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